El pasado 25 de julio de 2025 comenzó el Año Jubilar de la Virgen de las Maravillas de Cehegín, para conmemorar el trescientos aniversario de la llegada de la imagen desde Nápoles, así como el primer centenario de su coronación canónica. La celebración se prolongará hasta el próximo 25 de julio de 2026.
Con este motivo, la «Hermandad de la Virgen de las Maravillas de Cehegín» ha querido compartir con todos los devotos de Santa Maravillas, tan vinculada a la villa de Cehegín y a su Patrona, algunos momentos de aquella memorable ceremonia de la coronación canónica de la Virgen de las Maravillas, acontecimiento histórico que marcó de modo indeleble la fe de este pueblo, y en la que participaron también algunos familiares de la santa:
LA CORONACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LAS MARAVILLAS
El día 9 de septiembre de 1925 Cehegín se engalanó con tapices, colgaduras y luces. Llegaron las más altas autoridades civiles, religiosas y militares: el arzobispo de Marruecos, padre Francisco Cervera, el obispo de Cartagena, don Vicente Alonso Salgado, el obispo de Jaén, don Manuel Basulto Jiménez, el gobernador civil don Arturo Salgado Biempica, y en representación del rey Alfonso XIII, el marqués de Bondad Real, don Vicente Bertrán de Lis y Gurowski. Además acompañaron los condes de Campillo, condes de la Real Piedad y los marqueses de Pidal.
Las calles, engalanadas con los colores azul y blanco, recibieron a los prelados entre vítores y música.
El día 10, a las seis de la mañana, comenzó la jornada con misa cantada y, a las siete y media, la solemne procesión que llevó a la Santísima Virgen en su nuevo y artístico trono, tallado por el maestro Carrión y dorado por el señor Pujante. El alcalde don Antonio López Gómez portaba en bandeja de plata la corona, mientras la señorita Isabelita Marín llevaba la aureola del Niño Jesús.
Autoridades, clero y pueblo acompañaron entre fervor y lágrimas a su Patrona. Al llegar a la explanada del convento, el pueblo entero rompió en vítores.
El obispo de Cartagena, revestido de pontifical, procedió a coronar solemnemente a la Santísima Virgen con la rica corona ofrecida por el amor de Cehegín, mientras se leían las indulgencias plenarias concedidas por el Papa. A su alrededor, los prelados y representantes del Reino elevaron plegarias y acción de gracias.
Fue un acontecimiento de esplendor espiritual y social, en el que Cehegín entero proclamó a María Reina de sus corazones, testimoniando con fe su gratitud por tantos siglos de amparo y milagros.
HISTORIA Y ORIGEN DE LA DEVOCIÓN
La historia de esta venerada Imagen se remonta a 1725, cuando el fraile franciscano Padre Francisco Moreno Pastor, del convento de San Esteban, movido por la necesidad espiritual del pueblo, tuvo una visión de la Santísima Virgen. A partir de esa experiencia, encargó en Nápoles al escultor Nicolás Fumo la realización de una imagen según lo visto en su sueño. La historia nos cuenta de que el escultor no se inspiraba a realizar la imagen, pero una noche se durmió y bajaron los ángeles a esculpirla, una vez terminada la misma virgen que está en cuerpo y alma en el cielo descendió para abrazar la imagen, para darle el especial atributo de atraer almas hacia dios.
Fumo, inspirado por una revelación, esculpió con divina inspiración aquel rostro lleno de dulzura y serenidad que hoy contemplamos en nuestra Virgen.
Durante su travesía a España, la imagen obró su primer milagro, calmando una tempestad y convirtiendo a los marineros protestantes del barco que la transportaba. Al llegar a Cartagena, fue hallada intacta, seca y resplandeciente, mientras toda la mercancía del navío había quedado arruinada por la humedad.
En el sorteo para elegir su título, tres veces consecutivas salió el mismo nombre: «Virgen de las Maravillas», interpretado como signo celestial. Su llegada a Cehegín el 25 de julio de 1725 fue recibida entre lágrimas, plegarias y repique de campanas.
Desde entonces, la Virgen ha sido Abogada y Protectora de la villa, fuente de milagros, curaciones y renovaciones de fe.
El fraile Francisco Moreno dejó escrito en su obra:
«Gloríese, pues, España de tener en su poder esta maravillosa Reina, y en especial Cehegín de tenerla por abogada y patrona, que a todos con liberal mano y patrocinio honra y enriquece de los tesoros de sus maravillas».
SANTA MARAVILLAS DE JESÚS, REFLEJO VIVO DEL AMOR A LA VIRGEN DE LAS MARAVILLAS
La devoción a nuestra Patrona trascendió los siglos y alcanzó los corazones de familias nobles profundamente creyentes. Entre ellas, la de los marqueses de Pidal y condes de Campillo, emparentados con Santa Maravillas de Jesús, fundadora de numerosos conventos carmelitas.
El nombre de la Santa fue elegido en honor a la Virgen de las Maravillas de Cehegín, a quien su familia profesaba un amor entrañable. En sus estancias en la finca del Carrascalejo, Santa Maravillas acudía con frecuencia al convento franciscano para postrarse ante la Virgen de las Maravillas, a quien tenía especial devoción y confianza.
Años más tarde, ya como fundadora del Carmelo Descalzo, la Santa Madre continuó celebrando cada 10 de septiembre el día de la Virgen de las Maravillas como su fiesta personal y espiritual, uniendo su vida de oración y sacrificio al amor de aquella que le dio el nombre y el ejemplo.
Su vida, marcada por la humildad y el silencio, fue un fiel reflejo de la Virgen que inspiró su nombre: “Maravillas”, signo de los prodigios de Dios en el alma que se entrega por entero a Él.
Cehegín recuerda con gratitud esa unión providencial que enlaza el Carmelo con nuestra Patrona. En Santa Maravillas de Jesús vemos el fruto de esa semilla de fe que María Santísima sembró en nuestro pueblo tres siglos atrás.
Que estas líneas sirvan como testimonio de comunión espiritual entre el Carmelo y nuestra villa, unidos en el amor a la Virgen, espejo de pureza y modelo de santidad. Rogamos que la Santa Madre interceda por nosotros y que la Virgen de las Maravillas nos siga bendiciendo.
Con gran alegría, aprovechamos esta ocasión para invitar a todos los devotos de la Santa a unirse en peregrinación a Cehegín, en este Año Jubilar de la Virgen de las Maravillas.
En nombre del pueblo de Cehegín y de sus devotos de la Virgen de las Maravillas,
Pedro Antonio Giménez Fernández. Vocal de juventud.
